viernes, 1 de agosto de 2014

poesías deibis

el abuelo y el  lapiz
  

Un niño miraba a su abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó: “¿Abuelo, estás escribiendo una historia sobre mi?” El abuelo sonrió y contestó al nieto: “Escribo sobre ti. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas”. El nieto miró el lápiz intrigado, y preguntó: “¿Qué tiene de particular el lápiz?” El abuelo le dijo: “Si te fijas, hay en él siete cualidades que, si las sigues, harán siempre de ti una persona mejor”.
La Primera Cualidad: El lápiz ha sido fabricado para servir a los demás; su existencia tiene sentido en la medida que ayuda a que las personas se expresen a través suyo. Tu existencia también tiene sentido en la medida que sirves a los demás, pues es una manera de amarlas. Seremos útiles si permitimos que otras personas se beneficien de nuestros dones.
La Segunda Cualidad: El lápiz tiene un gran potencial, se pueden escribir magníficas novelas o dibujar preciosas imágenes, pero solo si se deja conducir por una mano. Tú también puedes hacer notables hechos, pero no olvides que existe una mano que guía tus pasos. Es la mano de Dios. Serás capaz de hacer muchas grandes cosas, sólo si eres dócil a la mano de Dios.
La Tercera Cualidad: De vez en cuando es preciso usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero esto se requiere para que esté en mejores condiciones de escribir. Tú podrás experimentar dolorosas pruebas al atravesar diversos problemas, pero ello lo necesitas para llegar a ser mejor persona: más comprensivo con el dolor ajeno, más fuerte, más tolerante ante los defectos ajenos…
La Cuarta Cualidad: El lápiz siempre permite que usemos la goma para borrar y así suprimir los errores. Tú no tienes que perder la paz cuando cometas una falta. Siempre tenemos la oportunidad de corregir nuestros pecados ante Dios cuando contritos le pedimos perdón en la confesión; y también pedir perdón a los demás cuando nuestras faltas los hayan ofendido.
La Quinta Cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Más que las cosas que posees, que no te hacen ser mejor, la parte más importante de ti es lo que llevas en tu interior: será un buen corazón el que te hará ser mejor persona.
La Sexta Cualidad: El lápiz siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará tu huella ahí. Procura que siempre vaya acompañada de tu caridad, de tu amor, de una sonrisa, de una palabra amable…

el niño y el perro

El dueño de una tienda estuvo clavando un anuncio al frente de su lugar de comercio que dijo “Se Vende Perritos” cuando de repente un niño apareció y le preguntó, “¿Cuánto cuesta comprar uno de estos perritos?”
El dueño contestó, “Dependiendo al perro, cuesta de $300 a $500 pesos cada uno.”
El niño puso su manito en su bolsillo y sacó algunas monedeas y dijo, “Solo tengo veinte siete pesos con cincuenta centavos. ¿Me dejarás por lo menos ver y tocar con uno de los perritos?”
El dueño rió y dijo, “Por supuesto”, abrió la jaula y sacó uno de los perritos más hermosos

el niño y el arbolUn pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope y él le daba sombra. Él amaba al árbol y el árbol amaba al niño. Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol.
Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste: “¿Vienes a jugar conmigo?” pero el muchacho contestó “Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos”.
“Lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero… Te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas. De esta manera tú obtendrás el dinero para tus juguetes”. El muchacho se sintió muy feliz. Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz. Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste.
Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó: “¿Vienes a jugar conmigo?” “No tengo tiempo para jugar. Debo trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?”… ” Lo siento, pero no tengo una casa, pero…tú puedes cortar mis ramas y construir tu casa”. El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario.
Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba encantado. ¿Vienes a jugar conmigo? le preguntó el árbol. El hombre contestó “Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?”. El árbol contestó: “Usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz”. El hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo.
Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: “Lo siento mucho, pero ya no tenga nada que darte ni siquiera manzanas”. El hombre replicó “No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar…Por ahora ya estoy viejo”. Entonces el árbol con lágrimas en sus ojos le dijo, “Realmente no puedo darte nada…. la única cosa que me queda son mis raíces muertas”. Y el hombre contestó: “Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar. Estoy tan cansado después de tantos años”. “Bueno, las viejas raíces de un árbol, son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven siéntate conmigo y descansa”.
El hombre se sentó junto al árbol y este feliz y contento sonrió con lágrimas.
Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá… Cuando crecemos los dejamos …..sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas… No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices.
Tú puedes pensar que el muchacho es cruel contra el árbol, pero es así como nosotros tratamos a nuestros padres… Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y si ya no están, que la llama de su amor viva por siempre en tu corazón y su recuerdo te dé fuerza cuando estás cansado…
Colaboración de: Alfredo Castañeda
Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios. Levítico 19:3
Ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Mateo 15:6


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